Voy caminando con mi
madre, paseamos por el festival que se hace cada año en el pueblo. El sol pega
en la tierra como si le diera una cachetada a cada instante. Todos están ahí,
pendientes de la fiesta. Adolescentes se sienten libres y andan solos, familias
recorren la feria y compran cositas. Los puestos de comida ya están listos, el
humo y el aroma a choripán abundan. Nosotras seguimos caminando, pero de repente una niña de unos seis años viene corriendo
de frente, la distingo y me ocupo de esquivarla. Sigo caminando y hablando,
pero al tercer paso me veo hablando sola. ¿Y mi madre? Me doy vuelta y las veo,
se están abrazando. ¡Esa niña de seis años me arrebato a mi mamá en un abrazo!
Me pongo celosa, lo disimulo. Espero, las miro. Ellas se despiden, mi mamá y yo
seguimos hablando.
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